una mujer de avanzada edad vivía en un pueblo pequeño y había perdido casi totalmente el sentido del oido, todas las mañanas al levantarse salía a hacer las compras y en su camino se cruzaba siempre con la misma vecina, ella la saludaba amablemente:
-¡buenos días!, vecina.
a lo que la otra siempre le contestaba
-a dónde vas?, vieja puta y sorda
un buen día el nieto de la anciana vino de visita y le trajo varios regalos, entre ellos, un audífono, la anciana estaba feliz, el mundo volvía a tener sonidos para ella, el canto de los pájaros, el correr de los ríos, la risa de los niños y por supuesto, el saludo de la vecina (quién no tenía ni la más mínima idea de que existiera el audífono).
al siguiente día de la visita, la anciana salió a hacer sus compras y por supuesto se cruzó con la vecina, como siempre la saludó:
-¡buenos días!, vecina
y también como siempre la otra le contestó:
-a dónde vas? vieja puta y sorda.
a lo que la anciana giró repentinamente y le dijo:
-no voy, vengo de curarme de la sordera y te vas a la re-puta madre que te parió!
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